Las 8 letras que forman la palabra coaching se transforman en motivos que hacen que esta herramienta sirva de impulso al desarrollo del potencial dentro de las empresas.
C de cambio. En un proceso de coaching, el cambio es la clave del éxito. Coaching es sinónimo de cambio. Cambiar es caminar hacia nuevos horizontes que aporten una visión renovada y diferente.
O de objetivo. El coaching se centra en aquello que se desea alcanzar. Atreverse a soñar con aquello que las personas pueden ser en lugar de conformarse con lo que son. Desarrollar el potencial, incrementar el rendimiento, generar motivación.
A de aprendizaje. Durante el proceso, el coach acompaña y anima al descubrimiento de reflexiones que generan nuevas técnicas y estrategias aplicables a la gestión y planificación de los objetivos.
C de compromiso. El desarrollo personal y profesional requiere de un compromiso tanto por parte del coach como por parte del coachee. Ambos forman parte de un proceso donde cada uno posee unas responsabilidades.
H de habilidades. A través del coaching las personas son capaces de descubrir, desarrollar y potenciar habilidades necesarias en el día a día profesional, incrementando la confianza en ellos mismos.
I de innovación. El coaching pretende acercar a los profesionales hacia nuevos paradigmas. Para conseguirlo, el coach, el proceso y los métodos tendrán que ser innovadores para permitir la búsqueda de soluciones a través de vías hasta ahora no transitadas.
N de natural. La naturaleza nos enseña que los sistemas biológicos también siguen un ciclo en su crecimiento y se encuentra las mismas dificultades que un coachee en un proceso de coaching. El coaching debe ser natural, lo artificioso y maquinal ha dejado de funcionar.
G de guía. Descubrir el camino hacia la plenitud y la armonía, ser el guía de uno mismo, devolvernos la autonomía y sabiduría interior con la que nacemos es quizás uno de los más nobles objetivos del coaching.