No apuntar demasiado alto ni demasiado deprisa. Se corre el riesgo de no alcanzar el objetivo y quedar decepcionado. Más vale proceder por etapas y asignarse objetivos progresivos. Pues cada pequeña victoria prepara una mayor.
No apuntar demasiado alto ni demasiado deprisa. Se corre el riesgo de no alcanzar el objetivo y quedar decepcionado. Más vale proceder por etapas y asignarse objetivos progresivos. Pues cada pequeña victoria prepara una mayor.